El pólen es el polvo fertilizador de las flores. Las abejas lo recogen y lo llevan como alimento a sus colmenas. Sin polen las flores, árboles y plantas no podrían vivir.
Es una fuente maravillosa de vitaminas, minerales y aminoácidos. Además, ayuda a contrarestar el cansancio y la falta de energía. Por esto, se recomienda para personas con depresión y/o estrés.
Los adultos pueden ingerir hasta tres cucharadas de postre al día, mientras que en el caso de los niños no se recomienda que sean más de una o dos, dependiendo de la edad.
En el caso de que queramos paliar los efectos de la fatiga o el cansancio, lo idóneo es tomar durante un mes alrededor de 40 gramos diarios repartidos en dos tomas, una cucharada sopera antes del desayuno y otra, antes del almuerzo.
Si bien no hay estudios determinantes, hay vertientes de opinión que aconsejan esta misma dosis para procesos de depresión.
Si el objetivo es combatir una anemia o la falta de apetito, lo aconsejable es tomar una cucharada por la mañana y otra por la noche antes de ir a dormir.
Si el problema es el estreñimiento se recomienda consumir una cucharada antes de cada una de las tres comida principales.
Es habitual tomar el polen en ayunas, aunque tampoco es extraño consumirlo mezclado con leche, una infusión o un yogurt.